Puede desarrollarse un agujero en el centro de la mácula causado por la tracción que ejerce el vítreo, al contraerse, sobre la retina. El paciente puede notar distorsión o reducción de la visión central. A medida que pasa el tiempo el agujero se pondrá más grande, pero a diferencia de los agujeros periféricos, estos no conducen usualmente a un desprendimiento de retina.
Si un agujero macular ocurre en un ojo, existe un 20% de posibilidad de que se desarrolle en el ojo opuesto. Los agujeros maculares ocurren más frecuentemente en las mujeres y en personas mayores de 60 años.
El único tratamiento es el quirúrgico y consiste en remover el vítreo (vitrectomía) y llenar el ojo con un gas expansible, dejando al paciente en posición boca abajo por unos días. Esto hace que el agujero se cierre en la mayoría de los casos, con restauración parcial de la visión según el tamaño, tiempo y características del agujero.