Comprende un grupo de enfermedades relacionadas entre sí, que causan un lenta pero progresiva disminución de la visión. Los síntomas más comunes son la pérdida de la visión periférica y dificultad de ver en la oscuridad.
El diagnóstico se hace por las características clínicas del proceso y un examen especial llamado electroretinograma. Este estudio mide la actividad eléctrica de la retina al igual que el electrocardiograma la del corazón. También se debe examinar a la familia del paciente para establecer el tipo correcto de transmisión genética, ya que es muy variable. Esto ayudará al médico a aconsejar al paciente y su familia si planean tener hijos, o a planificar su ocupación laboral futura.
En este momento no hay un tratamiento específico para esta enfermedad, aunque se ha reportado cierto beneficio al suplementar la dieta con vitamina A.
Los pacientes con retinosis pueden desarrollar otras enfermedades tales como glaucoma y cataratas siendo importante detectarlas y tratarlas a tiempo, para que no afecten aún más la visión. A pesar de la disminución de la función visual, la mayoría de estos pacientes llevan una vida relativamente normal.